martes, 1 de mayo de 2012

DEL BOSQUE , PIONERO EN LA INTERNACIONALIZACION DEL PADEL


Ahora que están tan de moda las trilogías, voy a cerrar mis 'Historias de Pádel' con un día que nunca podré olvidar. Ya he contado cómo fue mi derrota ante Carlos Jean, cómo 'sufrí' en mi entrevista con Bertín Osborne y hoy me toca desvelar qué sentí cuando Vicente del Bosque me abrió las puertas de su casa.

En estos días en los que tener trabajo es un verdadero privilegio, miro hacia atrás y recuerdo aquella época en la que compaginaba el rol de redactor jefe de Holes of Padel con mi labor diaria en la redacción de www.eurosport.es Casi sin tiempo para el descanso, me sentía un tipo con suerte ya que tenía la fortuna de hacer lo que me gustaba, disfrutar de mi pasión por el deporte y recibir muchas satisfacciones profesionales.

Una de ellas fue conocer a Vicente del Bosque y poder compartir con él un largo rato de charla. Poco antes de la disputa de un Real Madrid-Barcelona me comentaron que el ahora seleccionador español era un gran aficionado al pádel y, desde ese momento, tuve claro que debía cerrar una doble entrevista, que me sirviese tanto para la revista como para la página web.

Recién llegado a España tras su corta etapa en el Besiktas, el salmantino no dudó en recibirnos en su propia casa, hecho que por un lado me sorprendió y, por otro, me intimidó un poco. No es lo mismo quedar con alguien en un club, en una cafetería o en una oficina que hacerlo en su propio salón. Todos los nervios desaparecieron cuando brotaron las primeras sonrisas al enterarme de que Vicente del Bosque fue uno de los impulsores de la 'internacionalización del pádel'… Puede que nadie lo sepa pero gracias a él, Turquía cuenta con al menos una pista de pádel: "Paco Grande y yo nos pusimos tan pesados con el tema que al pobre presidente no le quedó otra opción que construirnos la pista. Fue una pena porque cuando regresamos a España en el mes de febrero ya estaba casi terminada. Tanto insistir y al final no pudimos ni estrenarla".

Después de compartir anécdotas, de hablar de amigos en común, quise saber qué le animó a jugar al pádel: "Pues mis condiciones físicas, mis 'deprimentes' condiciones físicas. Encajan a la perfección a la perfección porque se necesitan movimientos cortos y, a nuestro nivel, es más importante la técnica que la cuestión física. Eso me beneficia. Me gusta porque mantiene vivo mi espíritu competitivo, se suda y me da una excusa para moverme, mantenerme activo y quedar con otros tres amigos".

Autodidacta y sin recibir clases de monitores, dentro de la pista se veía como un jugador "que se defiende como puede. No tengo ningún golpe en el que destaque pero me produce una gran satisfacción volear una pelota en la red. Ni llegué a ser un futbolista excelente ni pasaré de ser un practicante medio de pádel. Para ambos deportes tuve las cualidades necesarias para disfrutar. El fútbol fue mi profesión y el pádel es una de mis pasiones actuales. Hay pocas disciplinas tan amenas como ésta".

Pese al cierre de la revista Holes of Padel en mayo de 2006, a partir de ese día mis llamadas a Vicente del Bosque se convirtieron en algo habitual. Todos los años, justo antes de los duelos entre Real Madrid y Barcelona solía entrevistarle, hasta el punto de que solía decirme: "Ya echaba de menos que me llamaras faltando tan poco para el clásico".

Muy feliz por su nombramiento como seleccionador, muy orgulloso por todos los éxitos y reconocimientos que ha tenido desde entonces, mi relación con él tuvo otro momento de gran importancia. Nada más ganar el Mundial de Sudáfrica, no pude contenerme y le mandé un SMS. Poco después, y casualidades de la vida, fui unos días de vacaciones a Benicássim y, sin saberlo, me encontré que justo enfrente de mi hotel se estaba celebrando un torneo del Circuito PPT. Mientras volvía a saludar tantos años después a Bela, Icíar Montes, Carolina Navarro y Juani Mieres me llegó un mensaje que aún guardo con mucho cariño: "Muchas gracias por tus palabras, Óscar. Vicente del Bosque".

Con una sonrisa nerviosa en el rostro miré a mi mujer y le dije que había llegado la hora de que volviese al mundo del pádel… Apenas unos meses después, el pádel se cruzó en mi camino…


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